El cardenal Leopoldo Brenes ha reestructurado a la Arquidiócesis de Managua en silencio y sin los anuncios de otras ocasiones, después que la curia capitalina fue mermada por el encarcelamiento y posterior destierro de sus principales líderes religiosos. La reorganización inició el 6 de febrero de 2024, tres semanas después del destierro al Vaticano de los obispos Rolando Álvarez e Isidoro Mora y otros 15 sacerdotes.