El régimen desterró a la empresaria y directora de Miss Nicaragua, Karen Celebertti, propietaria en el país de la franquicia de Miss Universo desde 2001. Celebertti regresaba de México junto a su hija después de participar en actividades relacionadas con el certamen internacional, y al arribar a Managua, fueron obligadas a tomar un vuelo de retorno al país azteca.