La dictadura de Daniel Ortega secuestró a más de 20 nicaragüenses durante los primeros diez días de abril; principalmente en Semana Santa, cuando el régimen prohibió las procesiones y celebraciones religiosas en las calles. La persecución contra la Iglesia católica se tradujo en mayor intimidación, amenazas y asedio policial contra las parroquias en casi todo el territorio nacional, confirmó la organización Urnas Abiertas.