La Policía Nacional, bajo la orden de la dictadura, prohibió este lunes el tradicional recorrido de los “Cirineos” en el municipio de Nindirí, Masaya, una tradición católica que se celebra todos los años en la Semana Santa. Tras la orden de no dejarlos salir en la procesión, los policías empezaron a perseguir a los promesantes, en su mayoría jóvenes. Mientras tanto, el régimen expulsó al sacerdote panameño Donancio Alarcón, quien fue abandonado por la Policía Nacional “descalzo” en la frontera "El Espino" con Honduras. La expulsión de Alarcón fue informada este martes por el medio católico de la Arquidiócesis de Panamá, Panorama Católico, que en su cuenta en Twitter destacó que “lo dejaron descalzo en la frontera con Honduras”.