Decenas de migrantes nicaragüenses varados en el sureño estado mexicano de Chiapas, han empezado a regresar a su país, debido al endurecimiento y cambios en la política migratoria, las medidas de control en la frontera y los procesos seguros y ordenados impuestos por el Gobierno de Estados Unidos. El pasado 5 de enero, la administración Biden anunció que aceptarán a más de 30 000 migrantes al mes de Nicaragua, Venezuela, Cuba y Haití; y que expulsará “de inmediato” a México a los ciudadanos de esos países que intenten cruzar de manera irregular.