La dictadura de Ortega y Murillo desató una nueva ola de secuestros contra familiares de opositores en Nicaragua, ejecutada en el contexto de las festividades patrias en el país. El pasado 13 de septiembre, la Policía orteguista asaltó la casa del ciudadano Javier Alberto Álvarez Zamora, pero al no encontrarlo en su vivienda, los oficiales se llevaron arbitrariamente detenidas a su esposa e hija, ambas de nacionalidad nicaragüense y francesa, secuestradas en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como El Chipote. Álvarez Zamora, de 68 años, había salido del país para solicitar protección internacional poco antes que la policía asaltara y secuestrara a sus parientes. Dulce Porras, exiliada política y dirigente de Unamos en Carazo, también denunció el secuestro de su hermano, Freddy Martín Porras, la noche de este jueves 15 de septiembre. El secuestro de Porras ocurre un día después que esa organización política denunció que la dictadura orteguista “desató en las últimas dos semanas una embestida represiva” contra esa organización política que incluye varios arrestos en el interior del país.