La crisis sociopolítica y económica prolongada por más de cuatro años en Nicaragua, ha obligado a más de medio millón de nicaragüenses a salir hacia Estados Unidos, Costa Rica, España u otros destinos. La falta de empleo, el salario que no alcanza, el alto costo de la vida, la desesperanza y la incertidumbre los empujan a dejar su país, aunque el dictador Daniel Ortega –autoaislado de la comunidad democrática internacional– culpa a las sanciones de Estados Unidos impuestas contra sus funcionarios y operadores políticos por las violaciones de los derechos humanos y la corrupción. Al cerrar 2022, las remesas en Nicaragua habrán crecido un 38%, según la tendencia observada hasta agosto de 2022.